El tiempo en familia significa compartir y buscar actividades en la que podamos disfrutar todos, sin embargo, con el prolongado tiempo en confinamiento muchas de estas actividades se vuelven en el día a día más complejas realizar y por supuesto, los adultos tendemos a perder el manejo de las actividades libres a las que dedican bastante tiempo nuestros hijos e hijas. Asimismo, se inician las clases el mes de marzo y la incertidumbre frente a la condición sanitaria de la región se complica a tal punto que debemos volver a la organización aprendida durante el 2020.
El nivel de agotamiento es mayor, la presión por las diferentes labores y funciones de los adultos nos generan una mayor ansiedad frente al proceso pedagógico de nuestros hijos e hijas. Es por eso que, la calidad de tiempo es importante; ya que de ella se desprenden los asentamientos básicos de crianza en el hogar. Y en este tiempo de calidad en el hogar….
¿De qué manera estamos fortaleciendo la crianza de nuestros hijos e hijas?
En un primer momento estas experiencias de crianza se repiten con relación a las vivencias de las madres y los padres. En un segundo momento la constancia y refuerzo por querer adaptarse a nuevo tipo de crianza surge siempre por “Querer lo mejor para nuestros hijos”.
Y desde esta premisa la presencia de la familia es un factor fundamental en el desarrollo y crianza positiva en nuestros hijos e hijas.
¿Qué es crianza positiva? Este estilo de crianza se basa en el respetar a los hijos, en criar con amor y sobre todo en enseñar y dejar atrás la enseñanza autoritaria a través del castigo.
Desde esa premisa, creemos fuertemente como Colegio, que todos debemos hacer un esfuerzo consciente para apoyar este proceso de crianza positiva, lo reforzamos en cada cápsula de video compartida en la plataforma y página web, fortalecemos el área valórica en las clases de Ética y Moral y Orientación; compartimos semana a semana diferentes sugerencias de actividades para fortalecer el tiempo en familia, a través de dinámicas de distención y relajo. Y por supuesto, hoy a través del boletín digital, les invitamos a leer y considerar las siguientes sugerencias para fortalecer la crianza positiva en sus hijos e hijas.
El departamento de Orientación extiende la invitación y sugiere a la comunidad educativa considerar los siguientes indicadores de crianza positiva:
Sé un buen ejemplo: Los niños necesitan el ejemplo de sus madres y padres. Si tus hijos son testigos de relaciones amables y respetuosas en el hogar, serán más propensos a adaptar esos mismos valores.
Entender la diferencia entre los hijos: Cada niño es diferente a otro, y necesitan distintas orientaciones para adaptarse a la realidad actual. Como adulto ayudas bastante no estableciendo diferencias para describir las cualidades entre tus hijos e hijas o las comparaciones con familiares o compañeros de curso.
Identificar el tipo de personalidad e tu hijo/a: Conocer las características particulares de cada miembro de tu familia, nos permite orientar el tipo de aprendizaje y disciplina que requiere día a día. Un hijo más activo demanda estrategias de disciplina diferente que uno más tranquilo y reservado.
Asignación de deberes diarios: Seleccionar deberes en el hogar es un signo importante de aprendizaje y crecimiento, cumplirlos ayuda al sentido de pertenencia y responsabilidad.
Ser claro y no cambiar las reglas ya establecidas para la semana evita romper límites y disipa la creación de dudas frente a un deber cumplido.
Piensa en la necesidad detrás del comportamiento: Si mi hijo/a está saltando en el sofá sin descanso, necesito ver que hay atrás de eso. Es muy probable que hayamos prestado poca atención, que tenga periodo de aburrimiento o simplemente necesite realizar actividad física y esparcimiento.
Ayudar a expresar sentimientos y emociones: Para que la comunicación funcione y sea fluida, es muy importante que todos enseñemos a nuestros hijos/as a identificar y expresar sus sentimientos y emociones, compartir lo que yo sentía de pequeña, me permite además de conocer lo que siente mi hijo a controlar aquellas emociones que son difíciles de manejar.
Crear organización de actividades y quehaceres diarios: Es de suma importancia establecer límites, pero también organizar los tiempos de trabajo, estudio, distención, relajo y deporte. La actitud con la se disponen a iniciar cada jornada pedagógica es fundamental para el desarrollo de habilidades cognitivas y de aprendizaje.
Generar espacios de distención y relajo familiar: Uno de los estímulos más sugeridos en recomendaciones anteriores, es atender a los tiempos de distención en familia.
De una manera entretenida, a través de actividades que recomendamos a continuación, fortalecemos la importancia de estar juntos, nos permite ser ejemplo y modelo de reacciones cotidianas e identificación de emociones; pero por sobre todo, aprendemos que cada espacio es importante y que al igual que en cada experiencia de aprendizaje, si es a través del juego, tiene mucha mayor significancia en la vida de nuestros estudiantes.
Natalia Riquelme Medina
Educadora Diferencial
Jefa del Departamento de Orientación.