Si bien las diversas civilizaciones humanas han aparecido y desaparecido en diferentes momentos de la historia, todas han compartido diversos aspectos axiológicos considerados como virtud. Algunos de ellos como, el respeto hacia los padres, los ancestros ,costumbres han sido fundamentales para establecer la identidad propia de todas las culturas. Otras, como el patriotismo, eran consideradas virtudes a la par con las antes mencionadas. En la actualidad el patriotismo no debe ser comprendido como un deber de imposición para proteger la nación ante un enemigo sino como un sentimiento de gratitud del individuo que reconoce que ha recibido diversas cosas de la nación sin generar mérito alguno. Esta gratitud debe ser vista como una forma de amor por el territorio en el cual hemos nacido. El patriotismo se forma como sentimiento en los primeros años de vida. Para ello, la etapa preescolar es fundamental en este proceso de aprendizaje de valores patrios. A medida que crecemos. el respeto por nuestro lugar de nacimiento y la ciudadanía se van manifestando con mayor conciencia y compromiso. Un niño que aprende el valor de su idioma, su espacio geográfico, su cultura tradicional, su historia y pertenencia, de adulto siempre tendrá una participación mucho más relevante en el ámbito cívico, en lo social y lo cultural de su país.
Si bien hemos destacado lo importante que resulta el colegio en la formación de la identidad nacional y el patriotismo, también no se debe dejar de lado el rol que cumple la familia. El contexto familiar es el espacio en el cual los niños y niñas se desarrollan en valores y aprenden como resolver de manera pacífica sus conflictos, entonces, el rol de colegio se transforma en el lugar donde se premia las buenas actitudes aprendidas en casa. Por otro lado, resulta pertinente destacar que el patriotismo y la identidad de la nación responde a un sistema dinámico que está en constante cambio y resignificación. Lo anterior puede vincularse directamente con el proceso de globalización que, indudablemente, afecta directamente esta identidad de nación. Sin embargo, ante este escenario no debemos hacer perder al patriotismo su condición virtuosa pues resulta esencial para la ciudadanía la coexistencia con el mundo, aunque de ninguna forma debemos dejar de lado el significado de la identidad nacional basada en el amor por el país. Todos los ciudadanos somos llamados a disfrutar de nuestra patria, a cuidarla y respetarla.
Septiembre ya está en curso, el mes de celebración de nuestras Fiestas Patrias, un momento en el cual el llamado es a la celebración en familia de la mano con las tradiciones y costumbres que son parte de la identidad de nuestra nación. El respeto hacia nuestra bandera, el escudo o el himno nacional son solo algunas formas que podemos promover el respeto, gratitud y amor por la patria. Si los valores patrios se fomentan desde el hogar y se consolidad en el colegio, el resultado serán ciudadanos comprometidos con el bienestar no solo propio, sino también con todos quienes forman parte de nuestra nación.
Mario Moreno Castillo
Orientador Educacional