Efectuar una reflexión en torno a la forma de llevar la Orientación Educativa en contexto de pandemia se transforma en una tarea que implica establecer más y más preguntas con respuestas cada vez más complejas. El contexto actual es resultado de una situación imprevista, que afecta cada ámbito de la vida de las personas de manera trascendental.
La pandemia se ha transformado en una indagación de la manera en la cual nuestra sociedad es capaz de utilizar de la mejor forma las competencias sociales que ha desarrollado. El contexto ha pujado a desarrollar con más urgencia nuevos aprendizajes, principalmente aquellos relacionados con el desarrollo de nuestras habilidades digitales. Ya sea como docentes o como estudiantes e incluso como padres, es incuestionable que nuestras habilidades informáticas en el manejo de TIC ha aumentado considerablemente. En otras palabras, el contexto de COVID-19 ha significado un desarrollo considerable de nuestras capacidades de adaptación. Sin embargo, hay un aspecto que no debe ser dejado de lado en este proceso y se vincula directamente con la manera en que como personas y sociedad determinamos nuestros valores y prioridades.
Tal como se indicó, si bien es necesaria la reflexión social en general, no resulta menos importante la necesidad de realizar una evaluación de nuestras competencias cívicas que deben ir articuladas de manera transversal con las capacidades de trabajo que desarrollamos y las competencias emocionales. Como ha sido la tónica, el acento viene establecido en el desarrollo de las habilidades digitales, pues se han transformado en competencias fundamentales que permitan el desarrollo de la instrucción a distancia.
La Orientación Educativa tradicionalmente ha sido estructurada en tres niveles: a nivel de la asignatura, a nivel de aula y a nivel de profesores especialistas en Orientación Educativa. No obstante, durante el periodo de pandemia se ha implementado como una asignatura que permite mediante el uso de recursos digitales, llevar a cabo con los estudiantes un proceso de instrucción contextualizado. Esto significa, optimizar los contenidos que han sido establecidos para las asignaturas de Ética y Moral y Orientación, pero siguiendo siempre el marco del Modelo de Desarrollo Moral y el Modelo de Formación Ciudadana, elaborado por la Corporación Educacional Masónica de Concepción, en coherencia con lo establecido para el trabajo de Orientación Educativa que indica el Ministerio de Educación. El trabajo de Orientación Educativa, al igual que todo el trabajo escolar, tiene como principal foco de atención al estudiante.
En momentos, es importante fortalecer el vínculo entre el colegio y la familia dado que no se cuenta con la interacción presencial. Nuestro colegio ha trabajado la Orientación desde un punto de vista transversal, es decir, en coordinación y colaboración con los profesores, los orientadores, educadoras diferenciales, psicóloga educacional y directivos. Sin embargo, en el contexto actual, el Departamento de Orientación ha considerado fundamental enfatizar los procesos emocionales y las instancias de participación para los alumnos y/o sus familias como un mecanismo de subsanar la necesidad de brindar el acompañamiento presencial y físico que requiere las interacciones humanas.
Para ello, se han fomentado las estrategias de educación psicoemocional, siempre sustentadas con aval teórico para que puedan ser puestas en práctica con la eficacia y premura que se requiere. Pertinente resulta resaltar que el trabajo docente de nuestro colegio ha significado un constante intercambio de información y estrategias que ayudan a resignificar los modelos educativos a los que estábamos acostumbrados. Un factor crítico para esto son las prácticas docentes de alto impacto en contextos de instrucción digital. Dado esto último, se debe poner énfasis en considerar que este intercambio de estrategias educativas se traduce en un aspecto determinante para ser aplicados en Orientación Educativa. Finalmente, a modo de cierre, aun cuando persiste la incertidumbre en todo el mundo no olvidemos que el éxito requiere siempre de cambio y adaptación.
Jorge Luis Santander