Finalizando un año atípico

Todo comenzó en marzo cuando la pandemia mundial (Covid 19) se instaló en nuestro país, nadie se imaginaría lo que estaba por suceder, se veía en las noticias y en redes sociales las imágenes catastróficas de un virus mortal que cambiaría la vida de todos los seres humanos.
Iniciamos el distanciamiento social, las mascarillas, los guantes el alcohol gel y un sin fin de situaciones producto de la pandemia que por cierto era algo nuevo entre nuestras generaciones.
Junto con ello las clases remotas, clases en línea, teletrabajo ¿dónde terminaríamos con todo esto?
Comenzamos de cero a estructurar nuevas formas de vivir, interactuar y educar aprendiendo un nuevo método de enseñanza desconocido tanto para los estudiantes, docentes y apoderados.
Entre ensayo y error fue tomando sentido esta nueva forma de aprendizaje, un tanto fría puesto que ya no podíamos ver el rostro de nuestros estudiantes y uno que otro respondía al llamado de los profesores, nosotros que en educación siempre hemos trabajado desde el trato directo, desde la mirada en los ojos, del abrazo o el apretón de manos cuando era necesario con nuestros niños, niñas y jóvenes.
Una nueva forma de relacionarnos, ahora es una pantalla con una fotografía de los estudiantes o sus imágenes que los identifican, no nos veíamos o nos oíamos, parecía que estábamos solos en frente de una pantalla quien era nuestra única compañía día a día.
Por otra parte las madres y los padres comenzaron un colapso, sentían que ahora el trabajo que debían realizar era triple: trabajar desde casa para sus trabajos formales, ocuparse por el estudio de los hijos y de las actividades propias del hogar.
Así fue sucediendo un año lleno de emociones, algunos tristes por el confinamiento y la pérdida de los seres queridos; otros felices porque estudiaban y trabajaban desde casa, otros ansiosos por volver, deprimidos por no tener el contacto directo, etc.
Pero, por la razón que fuese, todos generamos cambios algunos positivos y otros tal vez no tanto, hubo un autoconocimiento, introspección, autoanálisis, y cobró sentido más que nunca lo que decía el filósofo griego Sócrates “conócete a ti mismo”
Hoy, que estamos a días de finalizar este periodo académico y un año 2020 colmado de desafíos en todos los aspectos, solo queda reflexionar respecto a los cambios que han sucedido en este año, centrarnos en los positivos, para mejorar, avanzar y adaptarse a esta nueva forma de vivir.