Rumbo a las estrellas: El viaje que consolida una década de colaboración científica para estudiantes de Colegios Concepción

La exploración del cosmos y el descubrimiento de nuevas culturas marcan la aventura que inician doce estudiantes de los Colegios Concepción y Concepción San Pedro. A partir de mañana, 15 de agosto, y durante dos semanas, una delegación de alumnos de Primero a Cuarto Medio se embarcará rumbo a San Bernardino, California, para vivir un intercambio científico y cultural que contempla desde la operación de un radiotelescopio de la NASA hasta la inmersión completa en la vida familiar estadounidense, una experiencia que sin duda definirá sus futuras vocaciones.

Una historia de colaboración y oportunidades

Este viaje no es un hecho aislado, sino la consolidación de una relación que se ha forjado durante más de una década. Gisela Corday Luna, profesora de ciencias y encargada del proyecto, quien viaja junto a la delegación, acompañada por el profesor del Colegio Concepción San Pedro, Leonardo Salazar Alarcón, relata cómo nació y evolucionó este vínculo. «Este proyecto comenzó con GAVRT (Goldstone Apple Valley Radio Telescope), donde tuvimos la oportunidad de participar como profesores en una capacitación. Posterior a esto formamos un taller de radioastronomía», explica.

Un hito clave ocurrió en 2016, cuando la NASA los invitó a presenciar la llegada de la sonda Juno a Júpiter. «Tuvimos la oportunidad de ser los únicos invitados a nivel mundial, porque éramos el único colegio de Latinoamérica que participaba en este proyecto», recuerda con orgullo la docente.

Con el tiempo, la iniciativa evolucionó. En 2019, se realizó el primer intercambio científico con alojamiento en casas de familias. Tras una pausa obligada por la pandemia, el programa se retomó en 2023 con gran éxito. Ahora, la colaboración se ha formalizado con un convenio que establece un intercambio recíproco: un año viajan los estudiantes chilenos y al siguiente, los estadounidenses visitan Concepción.

El impacto de esta experiencia en la trayectoria de los alumnos es medible. «Tengo el registro de todos los alumnos que han participado desde el año 2011 y todos son profesionales en el área científica. Si bien muchos ya tienen sus objetivos claros, el salir del país y estar en contacto con otras culturas los motiva a ser excelentes profesionales y seguir siempre avanzando en el mundo del estudio», afirma Corday.

La emoción de mirar hacia el futuro

Para los estudiantes, la expectativa es enorme. El viaje no solo representa una aventura, sino una herramienta fundamental para su desarrollo personal y profesional. Juan Ignacio Díaz, alumno de Cuarto Medio del Colegio Concepción, conocía el programa desde hace años y soñaba con participar. «He estado preparándome, leyendo mucho, escuchando podcast en inglés. Tengo altas expectativas y espero desarrollarme sobre todo como persona. Esta va a ser una excelente oportunidad para descubrirme más y saber qué voy a hacer en el futuro, considerando que vamos a ir a la mismísima NASA. Creo que me servirá muchísimo para lograr mis objetivos ahora, entrando a la universidad», señala con entusiasmo.

Daniela Villena Uribe, de Tercero Medio, comparte esa visión. Aunque aún no tiene definida su carrera, su pasión por la ciencia la impulsa. «El propósito de este viaje es conocer e instruirnos en astronomía, entonces considero que esta actividad va a ser fundamental para poder decidir qué quiero hacer en un futuro. El área de la astronomía es bastante extensa, increíble, y siempre se puede descubrir más. Además, poder practicar el inglés es una de las cosas que también más me motiva», sostiene.

El orgullo y la confianza de las familias

Detrás de cada estudiante hay una familia que apoya y comparte la emoción del viaje. Luis Molina Ferreira, apoderado del Colegio Concepción, ya vivió la experiencia con un hijo mayor y ahora su hija, Valeria Molina, se suma a la delegación. «Como familia ha sido una experiencia bastante enriquecedora. Nuestro hijo pudo conocer una nueva realidad y estableció muy buenas relaciones. Luego tuvimos la oportunidad de acoger en nuestro hogar a un alumno de ese colegio, lo cual también impactó gratamente a nuestra familia», comenta.

Molina destaca la sólida formación bilingüe que entrega el colegio. «Para nosotros ha sido una fortuna que nuestros hijos hayan tenido una muy buena preparación en inglés. La familia que cobijó a nuestro hijo le preguntó si quería que le hablaran en español o en inglés, y él señaló ‘en inglés’. Todo fue para bien. El inglés es bastante poderoso para efectos de abrir nuevas puertas», enfatiza.

Desde el Colegio Concepción San Pedro, que se integra por primera vez, la visión es similar. Jorge Abalza, cuyo hijo participa en el viaje, lo considera una oportunidad única. «Nuestro hijo está muy interesado en ciencias y ha participado en los grupos de astronomía del colegio. Por lo tanto, está muy motivado por ver de primera mano instalaciones tecnológicas asociadas a la astronomía. Como alumnos destacados en el área de ciencias, recibieron la invitación del profesor de física que los acompaña», relata, confirmando que la preparación ha incluido reuniones integradas y mucha práctica del idioma en casa.