El Lenguaje nos conecta. A través de él comprendemos el mundo que nos rodea. Nos permite comunicarnos, nos permite expresar nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestros estados de ánimo, nos permite vincularnos con el “otro”. Pero también, a través de él, los seres humanos tenemos la posibilidad de herir, de agredir, de menoscabar, de humillar, de maltratar en último término.
Por otra parte, en los últimos años, qué duda cabe, el mundo ha cambiado. La irrupción de Internet ha contribuido a ello. La instantaneidad, la conectividad, han permitido que los límites físicos y temporales desaparezcan, dando lugar a una nueva forma de Convivencia, impensada hasta hace un par de décadas, la Convivencia Virtual.
Lamentablemente, es un fenómeno cada vez más frecuente, el uso de este mismo lenguaje para expresar, decir o escribir, cosas a través de diferentes plataformas o redes sociales, que no se dirían en un encuentro cara a cara. Piénsese en el uso de redes sociales como whatsapp, twitter, Facebook, entre otras. El anonimato, muchas veces, la sensación de impunidad, otras tantas, incluso el simple deseo de causar daño a otra persona, estarían (entre otros factores) a la base de tales comportamientos.
Por esta y por otras tantas razones, se encuentra hoy en su segundo trámite constitucional, en la Cámara de Diputados, el “Proyecto de Ley que Prohíbe Conductas de Violencia Digital” (2020), cuyo objeto es “prevenir, sancionar y erradicar la violencia digital y otorgar protección a las víctimas de la misma”. De acuerdo con lo establecido en el Artículo 2° de dicho Proyecto, se entenderá Violencia Digital como:
“Todo acto realizado a través de medios, plataformas o dispositivos tecnológicos y que atente contra la integridad, la dignidad, la intimidad, la libertad, la vida privada o cause daño o sufrimiento psicológico, físico, económico, sexual o a la identidad o expresión de género tanto en el ámbito privado como en el público; incluyendo el daño moral que estos hubieran provocado.
La violencia digital se manifiesta mediante el acoso, acecho, monitoreo u hostigamiento de personas; la difusión no consentida de contenido íntimo y la explotación sexual facilitada por la tecnología; la comunicación ilícita de datos personales de otro; la suplantación de su identidad o manipulación de información; la coacción y las amenazas; los lenguajes de odio y discriminación; el desprestigio y la difusión de información falsa y; en general, actos que socavan el libre desenvolvimiento de la personalidad en el espacio digital” (pág. 4-5).
Enhorabuena. Es el momento en que como sociedad tomemos las medidas necesarias para evitar el dolor y sufrimiento de tantos y tantas que en más de alguna oportunidad han sido víctimas de expresiones de odio, de humillación, de discriminación; que han sufrido acoso, amenazas u ofensas, con las consecuentes afectaciones tanto a nivel individual (autoestima, ansiedad, depresión) como a nivel social (discriminación, exclusión, aislamiento) y que las más de las veces sufren en silencio.
Como Colegio, con un Proyecto Educativo fundado en el Humanismo y en el Laicismo, y en la misma línea de este Proyecto de Ley, no escatimaremos esfuerzos para promover en nuestros estudiantes formas de Convivencia cada vez más armónicas, tolerantes, respetuosas, inclusivas y colaborativas. Invitamos a toda la Comunidad Escolar a que nos acompañe en este imperativo moral y ético. A la Familia por supuesto, que nos ha acompañado durante décadas en este afán, le pedimos redoblar los esfuerzos para combatir y contrarrestar este flagelo que como sociedad nos afecta. No podemos evitar que nuestros hijos e hijas utilicen Internet, en el mundo de hoy esto sería impensado. Pero sí podemos educarlos en su uso adecuado, esto a partir de la transmisión de un conjunto coherente de valores. Si basamos su educación desde edades tempranas en valores sólidos como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la aceptación del otro, la responsabilidad, podemos esperar con mayor tranquilidad que nuestros hijos e hijas sabrán hacer lo correcto.
Entonces, los invitamos a todos y todas a construir nuevas formas de relacionarnos, a construir nuevas narrativas que erradiquen aquellos discursos cargados de odio, a fin de construir una sociedad más fraterna, más justa, más tolerante, más libre, en donde se respeten los derechos más básicos de todos y todas, y en donde los actos violentos, sean estos físicos o virtuales, nunca queden impunes.
Dino C. Palavecino C.
Psicólogo.
Encargado de Convivencia.
Colegio Concepción