Dibujar un árbol se necesita un atento espíritu de observación, los elementos son siempre los mismos: tronco, ramas, hojas, flores, frutos. Sin embargo cada árbol es único, tiene su propia historia, es un sujeto vivo y orgánico que nace, crece y muere.
El objetivo planteado por la profesora María Concepción Rodríguez a sus estudiantes de octavo año básico fue recrear uno o más árboles más allá de lo que vemos, plasmar su mundo interior, sus ideas, sentimientos y sensaciones mediante la imaginación la fantasía y la creatividad, explorando al mismo tiempo nuevas estructuras y recursos con lo que lograron en su representación pictórica hermosas creaciones llenas de fantasía, expresividad, sensibilidad, movimiento, texturas y color.