A sus 28 años, ha realizado las bandas sonoras para exitosas telenovelas como “Pacto de Sangre” y “Río Oscuro”, de series como “Helga y Flora” y con una ópera a la espera de ser estrenada y varias composiciones, Aníbal Vidal Astroza, ex alumno del Colegio Concepción, actualmente se encuentra en Londres realizando sus estudios de máster en Composición en el Royal College of Music.
Conversamos con él sobre su pasar por el colegio, su trabajo y trayectoria y los proyectos que está preparando.
¿Cómo estás? ¿Cómo va la situación de la pandemia en Inglaterra?
Hoy las cosas están un poco mejor, estamos en una fase donde ya abrió el comercio y están viendo las medidas en caso de que llegue una segunda ola y, si bien, los casos siguen en un número alto, la cantidad de contagiados no se ha disparado.
¿Cómo han continuado los estudios durante la pandemia?
Iba todo bien hasta el coronavirus, a los que estudiamos con posición no nos afectó mucho la verdad porque cuando se hacen clases por videollamadas se puede mostrar el contenido al profesor compartiendo pantalla, creo que es mucho más difícil para los intérpretes. Por ejemplo, para alguien que toca trompeta todos esos detalles del sonido son muy importantes y los micrófonos de celular o computador no son tan adecuados.
Lo único malo es que a causa del coronavirus, me postergaron varias obras que tenía, entre ellas una ópera, que es el proyecto más grande del Royal College y que junta todas las carreras en la composición de una obra corta, ya la había compuesto, no tuve Navidad ni año nuevo trabajando en eso y estaba lista, se iba a estrenar en mayo, pero no se pudo; y además de eso tenía otros tres estrenos que tampoco se pudieron presentar.
¿Cómo nace tu interés por la música y de qué forma lo desarrollaste cuando estuviste en el colegio?
El interés por la música fue fomentado por mis padres porque cuando chicos todos mis compañeros querían un PlayStation o un Nintendo y ellos en vez de eso me regalaron una guitarra y con eso marcaron toda mi vida.
En el colegio, con mis compañeros nos motivamos a sacar la música, en ese tiempo de Los Bunkers que en 2002 sonaban mucho y siempre se dio que tuvimos un grupo de amigos que nos gustaba la música, nos tomábamos la clase de la profesora Verónica Cofré, y siempre en los recreos nos quedábamos tocando, el colegio siempre nos prestaba la sala de ensayos cerca del casino que había antes.
Lo que rescato de ese periodo es que siempre había espacios para presentarse, ya sea para los aniversarios, también hacíamos tocatas en el gimnasio y fuera del casino nuevo, ahí donde es casi un teatro natural porque está en un espacio más alto.
También recuerdo que en el colegio participé del coro y de lo que me enseñó la profesora Ana María Sepúlveda.
Hoy en la Corporación tenemos una Orquesta de Cuerdas a cargo del profesor Humberto Águila que está compuesta por alumnos de los seis colegios corporativos. ¿A tu parecer qué tan importante es inculcar la música a los más jóvenes?
Es muy bueno porque así despiertas interés en los alumnos abriéndoles una posibilidad, ni siquiera que se dediquen a ser músicos, pero al menos que tengan integrada la música en su vida. No necesitas cursar una carrera musical para ser músico, perfectamente puedes ser un arquitecto, un doctor o cualquier otra ocupación y tener esta otra faceta. Me alegra mucho.
Saliendo de cuarto medio, ¿cómo fue tu ruta para seguir desarrollándote en la música?
Para mí la opción siempre fue estudiar música, lo tuve claro desde bien pequeño. Lamentablemente en Concepción no se puede aprender composición a un grado universitario, cosa que había antes, y la verdad es que debería volver a existir porque es un polo musical muy importante y resulta extraño que no exista una carrera de música que no sea sólo pedagogía, para afianzar a quienes se dedican a eso, sobre todo que ahora que hay un Teatro Regional.
Respondiendo la pregunta, después de 4° Medio, me fui a estudiar a la UNIACC, Composición con Mención Guitarra Eléctrica, porque era una universidad bien variada en la enseñanza, tenia profesores del mundo de la música clásica, como del folclore y del jazz, lo que me ayudó mucho a forjar mi propio camino y no reproducir sólo lo que enseñaron los profesores y llevarlo como un lema sin cuestionarlo.
Una vez cuando iba terminando mis estudios, empecé a tomar clases particulares con profesores como Andrés Maupoint, quien da clases en la Universidad de Chile, y Miguel Farías, que enseña en la Universidad Católica, con ellos de forma particular porque me empezó a interesar la composición clásica y contemporánea.
Junto a eso, me relacioné mucho con el cine, empecé a participar en proyectos para películas independientes, gratis muchas veces, y empecé a conocer músicos, entre ellos a la persona que me permitió empezar a musicalizar series; después decidí seguir mis estudios en Londres.
¿Cómo es el trabajo para musicalizar series y cine? ¿Cómo entras en ese mundo?
A mí siempre me ha gustado el cine, me apasiona mucho, si no hubiese sido compositor habría sido cineasta y hacer música para trabajos audiovisuales en una forma de juntar estos dos mundos que tengo.
Entrar a este mundo de los canales de televisión fue una casualidad. Yo era amigo de una pianista que resultó ser la profesora del productor de las teleseries de Canal 13, Pablo Ávila, y él le preguntó si conocía a algún compositor porque justo estaba preparando “Pacto de Sangre”, ella me recomendó y empezamos a trabajar, después seguimos con “Rio Oscuro” y después como me fueron conociendo más me llamaron para trabajar en “Helga y Flora”, así tu nombre va circulando y según les guste tu trabajo te van llamando.
¿Has recibido comentarios de la gente por tu trabajo? Porque antes era más habitual que se usara música de otras películas y de banco más que trabajos originales.
Sí, aún se hace eso, en las producciones en las que he trabajado, si bien, la mayoría es mi música, también se usan archivos de librería de música. Respecto a los comentarios, han sido súper buenos, me llamó la atención porque con “Pacto de Sangre”, que fue muy exitosa, todos los comentarios respecto a la musicalización fueron positivos, sobre todo, que los realizara un compositor nacional. Fue muy reconfortante, incluso hubo gente que me dijo que tenía mi música de ringtone.
Me asombra también lo especializados que están los públicos, hoy están mucho más informados de fotografía, música y del arte de las películas, en parte porque está mucho más masificado por plataformas como Netflix que hacen, de forma indirecta, que la gente tenga mayor conocimiento de todos los departamentos involucrados en la producción entre eso está la música.
¿Cómo te proyectas a futuro: buscar una carrera más clásica o seguir colaborando con trabajos audiovisuales?
La verdad es que a mí me gusta ser un músico interdisciplinario, me gusta llevar mi voz compositiva para distintos proyectos ya sea para cine o música de cámara clásica. El panorama hoy permite desollarse en distintos lugares, yo me veo viviendo en Londres, empezar a abrirme paso en el ambiente audiovisual londinense y seguir componiendo música contemporánea clásica, ya sea ópera o concierto de orquesta. Hay muchos compositores como Max Richter que hacen música para danza, teatro, cine y su propia música de concierto, eso me inspira mucho porque mi interés va en dialogar con otro tipo de arte.
También mi conexión con Chile y Concepción, me gustaría mucho hacer una colaboración con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción, eso para mí es un sueño.
¿Qué le recomendarías a los estudiantes que quieran hacer una carrera musical y que a veces lo ven como un camino complejo?
Yo les recomendaría que alimenten su curiosidad por el arte, y en este caso por la música, porque si uno es constante, apasionado y disciplinado, sí puede hacerse un camino musical en Chile, ese miedo que inducen de “cómo vas a vivir con la música”, eso también se lo puedes preguntar a un estudiante de piscología, periodismo o de otras carreras que están absolutamente sobrepobladas.
En Chile hay oportunidades, de la generación que salí en la UNIACC la mayoría nos estamos desarrollando en el ambiente musical por separado, pero cada uno en su nicho, pero por sobre todo, no hacer las cosas por obligación. Para mí siempre fue un acierto elegir la música, de haber escogido otra carrera habría sido infeliz, si los jóvenes escogen la música no pueden equivocarse al estudiar, porque si les apasiona a ese nivel ellos solos van a encontrar su propio mundo, van a conocerse más como artista y encontrarán sus colaboradores.
Es muy importante estar familiarizado con el arte. Con la pandemia todo el mundo recurrió al arte para pasar su tiempo libre con cine, escuchar música, leer, se vio lo importante que es y para eso se necesitan personas que lo generen y personas que van contando historias, todos tenemos una historia muy rica que contar y desde Concepción hay mucho que contarle a Chile y al mundo.